Además imagino muchos despertadores sonando a la vez. Después un desayuno rápido, una ducha también rápida, vestirse a todo correr, pillar el ascensor, el metro, las prisas, los atascos…y cada cual a su quehacer diario. ¿Se puede llamar progreso cultural a esta esclavizante rutina?
El contraste viene dado por la calmada corriente marina de la imagen, en la que la cabriola de un delfín nos invita a reflexionar y recuperar la naturaleza perdida.
Julen Otano Vázquez
IES Zizur