Es obvio que el ser humano es
egoísta, pero no implica que sea malo. El egoísmo también podría ser
bueno. Una persona puede actuar egoístamente y, sin embargo, realizar acciones
buenas. ¿De dónde nos viene el egoísmo? El egoísmo es una herencia de nuestra
naturaleza. Somos egoístas por evolución. Además, la sociedad nos hace todavía
más egoístas. La codicia mueve nuestra sociedad y eso condiciona nuestro modo
de ser y de pensar.
Javier Heras Alcuaz
IES Marqués de Villena