Para llegar a donde queremos estar en la vida no podemos dejarnos llevar por los deseos. Debemos de estar preparados a sacrificar parte de lo más valioso que posee el hombre, su tiempo. Cada persona tiene un tiempo limitado en el mundo y el uso que hacemos de él es el que marca la diferencia entre las personas.
De esta reflexión aparecen las preguntas: ¿estamos preparados para invertir nuestro tiempo en lo que de verdad nos va a ayudar a llegar a donde queremos? ¿Qué nos falta para estarlo?
Íñigo Alfonso Burguete de la Iglesia