Cada
ser humano es único en el mundo y precisamente, en esa diversidad, está la
belleza. Cada persona tiene una historia dentro, una determinada forma de ser,
distintos capítulos que componen su vida, diferente apariencia… Somos, a fin de
cuentas, como un libro. Algunos
parecemos cerrados, pero a los ojos de un buen lector, todos somos un libro
abierto y en concreto, uno que merece la pena ser leído. Por todo eso, en cada uno de nosotros
mismos, se encuentra la belleza más pura.
Andrea Mosquera García
Colegio Calasanz-Escolapios