Podemos
ser por fuera la flor roja no muy bonita como otras flores que podemos ver por
el prado, pero por dentro ser la amarilla tan bella, tan delicada, que solo poca gente puede ver, pero
cuando la ven se quedan impactados de tanta belleza y esplendor. Se puede ser bello
por fuera la mejor flor pero si por dentro esta marchitada, ¿de qué nos sirve? Es más, si en el mundo fuéramos todos invidentes, ¿de qué nos serviría ser flores
bellas por fuera y marchitadas por dentro si solo verían la marchitada?
Marta Garza Algaba
IES Plaza de la Cruz