La
percepción de la belleza supone una ruptura en la percepción de la temporalidad
y la fugacidad. Al contemplar un objeto bello, parece como si la temporalidad
se suspendiera como si dejaran de pasar los momentos e irrumpiera en nuestra
vida un fragmento de la eternidad, o de la plenitud de sentido. Es por eso por
lo que la belleza puede ser considerada como la coronación de los esfuerzos del
ser humano para alcanzar un vida dotada de sentido.
María Alexandra Florea
IES Plaza de la Cruz