La
niebla no nos deja ver la belleza diaria, al igual que la noche. Pero sabemos
que la niebla se va, se levanta y detrás está el sol. Lo sabemos pero se nos
olvida. Tenemos que despejar la niebla de nuestra mente y de nuestra vida
porque sabemos que es temporal y detrás está la belleza, la felicidad, Dios.
Álvaro Sanz Criztóbal
Colegio Irabia-Izaga