La libertad de expresión es el poder de cambio, la posibilidad de hacerlo realidad. Tan simple como una pintada en una pared para desencadenar una sonrisa, un impulso, ganas de vivir. Es triste pensar que hace falta que nos lo recuerden, que nos insten a vivir. Algo que puede parecer tan obvio... Pero lo cierto es que alguien ha sentido la necesidad de expresarlo, de abrirnos los ojos y arrancarnos una sonrisa, de hacer suya una pared y convertirla en sensación.
Se borró. Ya no hay más que un muro que vivió, que sintió, y que guarda latente en su interior una expresión. Cuando la vi por primera vez, sentí que mi deber era sumarme a ella, inmortalizar con mi propio medio de expresión, la fotografía, un gesto que me enamoró.
Marina Almagro Bacáicoa
IES Plaza de la Cruz, Pamplona
Primer premio de la categoría general
Primer premio de la categoría ESO y Bachillerato