Es una imagen metafórica con la que he querido plasmar lo que ocurre actualmente en nuestra sociedad llevado al extremo. Somos libres de opinión y de expresión pero exclusivamente sobre aquello que nos muestran. Si no conocemos la verdadera realidad de lo que ocurre en nuestro mundo, entonces, ¿podemos llamarnos personas libres?
La libertad de expresión está totalmente ligada a la existencia de una democracia, y esta no es posible sin una prensa libre y veraz.
Tanto políticos, como medios de comunicación, encubren y modifican la realidad, mostrándonos lo que les conviene de ella o simplemente una visión idealizada. De ahí que ¡no todo es tan bonito como te lo pintan! Es cierto que la realidad mostrada no siempre es bella, pero que no lo sea no implica que se nos enseñe, sin tapujos, lo que ocurre a nuestro alrededor.
Por tanto, nuestra opinión y por consiguiente, nuestra libertad de expresión, se ve totalmente limitada y condicionada por esa “realidad falsa”. No somos conscientes, sino ignorantes, de la “verdadera realidad” que nos es ocultada impidiendo nuestra libertad.
“Uno de los enemigos mayores de la libertad es la ignorancia” –Fernando Savater
Alba López Vildosola
Colegio Luis Amigó, Pamplona