Hemos pasado de ser gente con cabeza a estar sometidos, silenciados, convencidos… diciendo constantemente que juegan con nosotros, y la realidad es que lo han conseguido, ahora mismo somos marionetas del poder.
Pero nuestra libertad puede ser más que un sueño que nos invade la mente cada vez que dormimos. Puede ser más que una ilusión. Que sea todo tan sencillo como cambiarnos los papeles de una obra teatral, y así, actuar de otro modo. Pasar de ser el árbol que no tiene nada que decir a ser el protagonista.
Los jóvenes vemos la sociedad actual, las noticias, las injusticias… pero, por lo que parece, tenemos asimilado que hagamos lo que hagamos no conseguiremos cambiar nada nunca. Porque algo o alguien nos va a impedir lograrlo, entonces, nuestras fuerzas de cambiar el mundo se debilitan, y lo que es peor, no nos expresamos, ni alzamos la voz, y si lo hacemos, las palabras se las lleva el río, la corriente…, donde se van acumulando gotas de lluvia, pequeñas gotas que marcan la tristeza y resignación de cada uno de nosotros. Porque habremos nacido libres, pero por todas partes nos encontramos rodeados de cadenas.
Olaia Aramendía Vidaurreta
Colegio Luis Amigó, Pamplona