Según Kant, conocer la verdadera naturaleza (o la “
cosa en sí ”) está relegado a la reflexión. A
su vez, lo que la persona percibe como naturaleza (o la “
cosa en mí ”) está determinado por la
percepción. Esta conoce lo que le rodea mediante su propio criterio, es decir, la realidad
exterior se amolda a nuestros sentidos, donde ésta, maleable y plástica, se deja verter como
agua de manantial sobre el cáliz de nuestra mirada.
He querido reflejar este fenómeno mediante el susodicho “cáliz de nuestra mirada”, tratando
de evidenciar la distorsión en la “cosa en mí”, aunque sea un poco.
Ainara Gómez Pérez
IES Basoko