Personas que pasan hambre diariamente, gente durmiendo en la calle helándose de frío por las noches, niños sin educación, sin un futuro seguro. Pero, ¿qué hacemos nosotros para que esta situación cambie?, nos encerramos en nuestras preocupaciones como si fuesen el único problema de este mundo, siendo egoístas. Incluso cuando vemos, leemos o escuchamos noticias sobre la pobreza, pensamos: ”pobrecillos”, apagamos el televisor, la radio o cerramos el periódico y nos olvidamos como si nada hubiese pasado. Siendo egoístas. Viviendo de la apariencia como si nos preocupásemos por los demás, pero en realidad somos prisioneros de nuestro propio egoísmo.
Inés Azanza Martínez
Colegio Sagrado Corazón
Tercer premio