Revolución Francesa, Revolución Industrial, “La Gloriosa” de 1868… todas
ellas tienen algo en común: la determinación de una sociedad de hacer realidad
una utopía (para la mentalidad de aquella época). Por su parte, esta nueva
Revolución Tecnológica ha creado una sociedad “ideal” en las redes sin apenas
oposición. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Ha creado millones de
vidas ficticias y tantos o más problemas que los que ha resuelto. Revolución
sí, pero con cabeza.
Laura Domínguez
IES Marqués de Villena