Qué difícil sería decir que se está bien cuando al que mientes ve tus lágrimas caer. Más fácil es, en concreto, llorar desde la lejanía; donde al que mentimos no puede ver nuestro lamento; encubriendo así la mentira.
La distancia y el anonimato nos invitan a crear un álter ego virtual, pudiendo así modelar nuestro propio mundo, lejano del real, en el que mostrar un falso reír, ocultando nuestro llorar.
Y es esa hipócrita alegría que muestra tu avatar, lo que proyecta en los demás una traidora simpatía, que no se corresponde con como eres de verdad.
¿Eres tu avatar?
Pablo Patús Díaz
Colegio Irabia-Izaga
Colegio Irabia-Izaga