Creamos una personalidad virtual, o varias. Nos convertimos en un producto, en una marca que deseamos vender. Nos retocamos para exponernos como queremos que nos vean, pese a que eso implique desatendernos, o alejarnos de la realidad.
Ponemos tanto en las proyecciones que creamos, que llegamos a olvidarnos de nosotros. ¿Qué “yo” soy?
Frente a tanta tecnología y estímulos externos sólo cabe emplear la herramienta más primitiva, el sentido común, aquel que nos permita reconciliarnos con nosotros mismos para “desconectar”.
“El problema real no es si las máquinas piensan, sino si lo hacen los hombres”.-B. F. Skinner.
Juan Álvarez Aznar
Colegio Irabia-Izaga
Primer premio