El
fin de la tecnología es facilitar las tareas del ser humano, e incluso
llevarlas a cabo en su lugar. Supuestamente la tecnología nos aporta una mayor
libertad de decisiones y un mayor tiempo libre. Pero esa “libertad” comienza a
verse superada por las propias nuevas tecnologías. Actualmente nuestros
móviles, por ejemplo, son capaces de organizar nuestro tiempo para que le saquemos
un mayor partido, pero analizado desde otro punto de vista estos aparatos están
diciéndonos continuamente qué debemos hacer y nosotros lo cumplimos, por lo
tanto surge una pregunta: ¿ha llegado la tecnología a controlar nuestras
acciones?
Álvaro Iboleón Azcona
Colegio San Cernin