El problema es que cuando estamos en ese estado de sumisión nos olvidamos de quienes somos, sin darnos cuenta dejamos que nos vendan seguridad constantemente y la pagamos con la libertad.
Mi intención es reflejar que solo aquel que se rebele y rompa esas cadenas que le hacen sentirse en cierto modo seguro será capaz de alcanzar la plenitud, aquel que no se conforme podrá vivir libre.
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