Caminar de noche, solo y por una calle mal iluminada en la actual sociedad implica correr el riesgo de ser asaltado o agredido.
Utilizar cámaras de vigilancia en lugares que puedan suponer un peligro, implica asumir que alguien tiene acceso a nuestros movimientos y puede controlarnos.
Sin embargo, esta pérdida de libertad individual nos da la seguridad necesaria para movernos donde y cuando queramos sin miedo a lo que nos pueda pasar.
Teniendo esto en cuenta, nos enfrentamos a un difícil dilema: como sociedad avanzada que somos, ¿estamos dispuestos a dar un paso atrás en la conquista de las libertades para vivir más seguros?
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