Si algo está claro es que el transhumanismo nos va a alterar como especie humana. Tratando de convertirnos en dioses estamos automatizando nuestros pensamientos y mi temor es que olvidemos nuestro ser primitivo y nos sumerjamos en un frenesí de datos, cálculos y objetividad. Simplemente imagina que perdemos la sensibilidad de apreciar las emociones, de empatizar con el prójimo y de conectar con lo intangible: ¿qué nos diferenciaría de un androide?
Thomas Stearns Eliot dijo que “los humanos no pueden soportar mucha realidad”, y en el intento de escapar de ella, acabaremos sepultándola en lo más profundo del pasado.
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